sábado, 28 de julio de 2007

Revolución Francesa


Recién estaba en mi habitación. Agarré la guitarra y empecé a improvisar temas con la esperanza de que saliera uno bueno pero....... pero......... no sentía en mi corazón el querer tocar. No tenía esa necesidad que se expresa como aire que sale de los pulmones pero no por la boca sino por el cuerpo todo. Ustedes saben, esa cosa casi compulsiva por hacer algo que generalmente hace que ese algo salga muy bien.

Bueno...... la cosa es que empecé a tocar pero nada tenía demasiada profundidad. No la que requiere mi gusto por lo menos. Seguí un rato pensando que era inutil hasta que sentí.

sentí

no salio ninguna canción buena, no se ilusionen, pero sentí ganas y no pude parar de sentirlas. Y entonces toque un ratito más pero despues dejé la guitarra, apague la tele que estaba de fondo y me vine acá, postee en chispa y ahora......HOLA! aqui estoy.

Estaba en 5to año, antes de salir al colegio me hice la planchita (porque era nueva y quería usarla no porque fuera usual hacermela antes de cada salida), como siempre llegaba tarde. Entraba a las 17 20 y ya eran las 17. Ese día tenía psicología y la de psicología estaba un poco loca (paradoja usual). Salí rapido y cuando llegué al colegio pensé: apagué la planchita? Al instante sali corriendo nuevamente para mi casa.

Por mi mente pasaba la imagen de mi casa incendiada, los bomberos, mis padres decepcionados y toda esa basura. Cuando llegué obviamente todo estaba en su sitio. No sabía que hacer, tenía mucha angustia contenida asi que agarré la guitarra y toqué SOL.......o quizás DO, uno de los dos. Y lloré, lloré unos segundos y me fui al colegio y transcurrió un día como todos.

Esta guitarra, Revolución Francesa, apodada Revo o Revu me acompañó a muchos lugares y me hizo sentir muchas cosas. También me cuido porque creo que hubo muchas situaciones que no hubiese podido pasar bien sin ella, porque ella me dio y me da alegría, aunque no la toque demasiado últimamente. Igual la quiero.

Gracias Revu, este post es para vos.

pd: no quiero que por este post quede atrás el de los sombreros. Realmente lo estimo también.

3 comentarios:

Sebastián dijo...

Los objetos testigos de nuestras experiencias que gustan a la memoria recordar, fueron y son.. objetos de nuestro aprecio. En la adolescencia.. tal vez la etapa mas traumatica que aun tiene sentido en la madurez (porque de la infancia ya entendemos poco.. o yo lo hago) los mios fueron los autos.. mas bien las camionetas. Ellas.. me acompañaron, en esas experiencias que son materia obligatoria en la adolescencia... emboracharse, mandarse alguna cagada grosa, competir, el primer maldito pucho, indetificar alguna personalidad, tener caracter, independizarse, afrontar miedos, explorar, compartir con amistades, enamorarse.. y finalmente.. si.. el horroroso dulce calor enviciado del sexo opuesto por primera vez.. Y ellas siempre estuvieron presentes ahi, en todas, de una u otra forma.. en esas que me marcaron, con un tilde, medio cruz.
Mi guitarra son ellas, las camionetas, con sus connotaciones machistas, ellas para mi no son mas que lo que son las guitarras para sus dueños, y asi como una camioneta estacionada, en una concesonaria, como una guitarra en su funda, en una casa de musica esperando comprador, conductor, con suerte un adolescente.

Roberto Bernasconi dijo...

Mi guitarra es inafinable.
Se la compró mi viejo cuando, en su adolescencia, formó un trío de folklore pero ninguno sabía tocar (como empiezan las verdaderas bandas) pero ese trío también me legó un poncho salteño que me abriga en mis viajes a la costa cuando salgo en culo a ver quien toca el timbre.
El mástil es una banana.
Le faltan los dientes/clavijas.
Pero, al igual que la suya, cuando tiene que estar, está.

Por la foto se puede apreciar que su guitarra tiene buen toor.
Si la llegamos a agarrar en la bailanta lo toquetearíamos porque somos Los Chauvinistas Bailanteros. No le diga a nadie.

vacaciones... pff... traidores.

Anónimo dijo...

Como es que tengo una guitarra? Todo comenzó con la crisis del 2001. Delarua, como todos sabemos, nunca se detuvo con el helicóptero y pasó por casa. El dinero y el amor se dieron a la fuga con él.
Ya estabamos en el 2002 cuando tuve que deshacerme de Bajina (mi barato pero genial primer bajo) para zafar de algunas cosas.
Sin instrumento mis dedos comenzaron a padecer el síndrome de abstinencia de la cuerda por lo que se volvieron medio pálidos, sudorosos, temblorosos y algo escatológicos... imaginese a un dedo lanzando un pedo al espacio! imagine querer escribir "Currículum vitae" y que salga "A tu zorra hermana".
Se me cerraron todas las puertas laborales y toda posibilidad de poseer otra Bajina.
Hasta que pispeando instrumentos di con ella. Una guitarra criolla, usada (aunque yo prefiero el término experimentada)y económica; que por el agujero acústico de su caja me ofrecía la siguiente leyenda:
"Hacer música te hace más campión". Yo le dije: Te amo. sacrifiqué 3 chanchos, los vendí y la compré.
Desde esa fecha, mis dedos se psicoanalizan con ella cuando hace falta y comparten risas y llantos y los observo orgulloso y satisfecho.